vitamina E Definición - vitamina Vitamina E en PDF información
Nutriente que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades para mantenerse
sano y funcionar correctamente. Es soluble en grasas (se puede disolver
en grasas y aceites) y se encuentra en semillas, nueces, verduras de
hoja y aceites vegetales. La vitamina E estimula el sistema inmunitario
e impide que se formen coágulos de sangre. También ayuda a prevenir el
daño que causan a las células los radicales libres (productos químicos
sumamente reactivos). La vitamina E está en estudio para la prevención y
el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Es un tipo de antioxidante.
También se llama alfatocoferol.
Los enemigos secretos de las vitaminas
No sólo es tomarlas, también es evitar lo que impide que nuestro cuerpo las
absorba
Los
enemigos secretos de las vitaminas
Las vitaminas no son algo que tengamos garantizado por el hecho de tener una
dieta completa. Son más frágiles de lo que muchos pensamos. No basta con
tomarlas, hay que saber preservarlas. Porque las vitaminas tienen enemigos
que se esconden en tu alimentación diaria, dificultando su absorción y
disminuyendo por tanto su eficacia. Esta tabla te va a ayudar a identificar
los enemigos de cada tipo de vitamina.
Producto o factor de influencia
Inhibe absorción…
Acido aceltisalicílico (aspirina)
Vitaminas C y K
Aminoácidos esenciales
Vitamina B1
Antibióticos
Vitaminas B3 y B5
Antihistamínicos
Vitaminas B6 y C
Alcohol
Vitaminas B1, B3, B5, B6 y B12
Cafeína
Vitaminas B1, B3, B5 y C
Cocción excesiva
Vitaminas B2 y B6
Congelación de los alimentos
Vitaminas B1, B2, B3, B5, B6, E y K
Exceso de azúcares refinados
Vitamina F
Exceso de hierro
Vitamina E
Exceso de calor
Vitamina F
Falta de luz solar
Vitamina D
Luz solar
Vitamina B2
Monóxido de carbono
Vitamina C
Pildoras anticonceptivas
Vitaminas B2, B6 y C
Rayos X
Vitamina K
Somníferos y ansiolíticos
Vitaminas B3, B5 y B12
Tabaco
Vitaminas B1 y K
Los peligros de las sobredosis de
vitaminas
Las
vitaminas son sustancias naturales que el ser humano no puede sintetizar, es
decir, debe tomarlas de fuentes externas.
Las personas necesitamos 13 vitaminas. En primer lugar, las nueve
hidrosolubles (solubles en agua) que abarcan la C y las del grupo B (B1,
B2, B3, B5, B6, B7, B9 y B12). En según lugar, las cuatro liposolubles
(insolubles en agua), que engloban la A, E, K y D.
Una dieta equilibrada nos
proporciona las cantidades necesarias ya que están presentes en una
gran variedad de alimentos, especialmente de origen vegetal.
Una excepción importante es la vitamina B12, que está presente en
alimentos de origen animal. Por esta razón, las dietas veganas deben
consumir esta vitamina como suplemento nutricional.
El déficit de vitaminas (hipovitaminosis) es la causa de diversas
enfermedades. Sin embargo, las patologías asociadas a la hipovitaminosis
son raras, pues los requisitos diarios de vitaminas son mínimos (del
orden de microgramos a miligramos).
Primeras enfermedades por carencia de vitaminas
El escorbuto fue la primera enfermedad de la que se conoció su
dependencia de factores nutricionales. Fue el navegante francés Jacques
Cartier quien describió la enfermedad en algunos indígenas en Canadá y
en parte de su tripulación.
Más tarde, el médico escocés James Lind publicó un tratado sobre el
escorbuto y sugirió
el uso de zumo de lima para su tratamiento.
Actualmente sabemos que tal patología se debe a un déficit de vitamina
C, también denominado ácido ascórbico (que significa "anti escorbuto").
Por eso recomendaban tales tratamientos.
Jacques
Cartier retratado por Theophile Hamel.
Desde entonces, posiblemente, el estudio de las vitaminas y su papel
para evitar ciertas enfermedades ha sido el
mayor hito en la investigación biomédica de la nutrición.
Aparte del escorbuto, hay otras enfermedades directamente asociadas a
déficits de vitaminas.
Por ejemplo, el beriberi (vitamina B1), la pelagra (vitamina B2), anemia
(vitamina B9 o vitamina B12, independientemente), xeroftalemia (vitamina
A, que desemboca en ceguera) y raquitismo en niños o osteomalacia en
adultos (ambas asociadas al déficit de vitamina D).
La sobredosis también puede ser de vitaminas
Debido a su carácter de sustancia natural y al conocido efecto
beneficioso para la salud, muchas personas están
usando de manera indiscriminada grandes cantidades de vitaminas y
complejos vitamínicos sin prescripción médica.
Sin embargo, esta práctica no está exenta de riesgos. Por un lado, las
vitaminas son compuestos químicos muy activos biológicamente que tienen
diversos papeles en nuestro organismo.
Es bien conocido que las sustancias activas ejercen su acción a una
determinada concentración y que lo que puede ser beneficioso a
concentración fisiológica puede ser tóxico en mayor cantidad.
Algunas razones por las que un compuesto beneficioso puede convertirse
en tóxico cuando se utiliza en exceso son:
La cantidad del principio bioactivo no utilizado se puede acumular
en ciertos tejidos -por ejemplo, las sustancias lipófilas se
acumulan en el tejido adiposo y en el hígado, y las hidrófilas se
almacenan en algunos órganos como los riñones y el hígado-, lo que
provoca efectos
perniciosos a largo plazo.
También es posible (y no excluyente con la anterior explicación) que
el exceso de compuesto bioactivo se metabolice a sustancias tóxicas.
Esto es especialmente importante en las sustancias que se acumulan
en el hígado, que es la "fábrica química" de nuestro organismo.
El exceso de compuesto bioactivo puede interaccionar con otras
sustancias presentes en nuestro organismo. Es bien conocido que
algunas vitaminas interaccionan
con algunos fármacos disminuyendo la actividad de éstos, lo que
puede ser perjudicial para nuestra salud.
Por estas razones, siempre se deben consumir las sustancias bioactivas
en las dosis indicadas, basadas en el método científico.
Vitamina A y el caso peculiar de la supuesta vitamina D
En general, se conocen pocos efectos secundarios de las vitaminas
hidrosolubles, pues estas se excretan con relativa facilidad, incluso en
el caso de hipervitaminosis (salvo alguna excepción).
Por el contrario, el exceso de vitaminas liposolubles produce más y más
serios efectos perniciosos. Recordemos que estas son la A, E, K y D, las
cuales veremos con detalle.
La vitamina A está presente en numerosas frutas y verduras y, si se
sigue una dieta equilibrada, no es necesaria su suplementación.
Desde el punto de vista fisiológico, su principal función está en el
proceso de la visión. También es conocido que es un estimulante del
sistema inmune.
Las deficiencias en vitamina A suelen
surgir de alguna enfermedad crónica que afecte a su absorción. Se
manifiesta en algunos síntomas relacionadas con problemas de visión, una
mayor frecuencia en infecciones en la piel, el tracto respiratorio y las
membranas de la mucosa.
Pero el consumo excesivo de vitamina A también se ha asociado a ciertas
enfermedades y dolencias, entre las que podemos citar dolor de cabeza,
fatiga, nistagmo (movimiento involuntario e incontrolable de los ojos),
descamación de la piel, aumento del nodo linfático y problemas óseos
diversos.
La vitamina D, realmente, no
es una vitamina sino una hormona. En la dieta consumimos precursores
de la vitamina D, que se transforman en ésta en nuestro organismo a
través de reacciones fotoquímicas, por esta razón es necesario tomar el
sol para tener buenos niveles de vitamina D.
Actualmente, es frecuente encontrar, a través de análisis de sangre, que
la cantidad de vitamina D es menor de la estándar.
Esta deficiencia puede estar causada por dos factores. Por un lado, por
una exposición inadecuada a la luz solar.
Por otro, por la
tendencia a disminuir el nivel de colesterol (ya sea a través de la
medicación o de la dieta), ya que este es un precursor de la vitamina D
en el organismo.
El déficit de vitamina D tiene serias consecuencias en nuestra salud.
Provoca el raquitismo en niños y la osteomalacia -reblandecimiento de
los huesos- en adultos.
Además, los suplementos dietéticos de vitamina D no suelen paliar este
déficit, quizás debido a una absorción ineficaz o, más frecuentemente, a
la pobre calidad de los preparados que se venden sin receta.
En algunas situaciones -como en el embarazo, la lactancia y en personas
con problemas en la ruta metabólica de la vitamina D- hay
mayor necesidad de vitamina D.
En estos casos siempre hay que seguir las indicaciones de los médicos,
pues hay que recordar que es una hormona y que los desequilibrios en el
sistema endocrino tienen serias consecuencias en la salud.
A un lado, algunas publicaciones recientes han analizado las
intoxicaciones provocadas por la hipervitaminosis D, que muestran
crecimientos alarmantes desde hace una década.
Se ha encontrado que la vitamina D causa alta concentración de iones
calcio en el plasma, lo que provoca excitabilidad en los sistemas
nerviosos central, autonómico y somático. También
se ha asociado a retraso cognitivo.
Otros síntomas provocados por las dosis excesivas de vitamina D son
dolor de cabeza, fatiga, retraso en el crecimiento (que puede ser
revertido con tratamiento médico), diarrea y fallos en diversos órganos
(riñones, pulmón, corazón, vasos sanguíneos y piel).
Además, desde el punto de vista bioquímico y fisiológico, la
hipervitaminosis puede provocar efectos irreversibles sobre la
producción de calcitonina, que es la hormona que controla la manera por
la que el organismo usa el calcio.Otras vitaminas liposolubles: la E y
la K
El papel fisiológico de la vitamina E en humanos no está totalmente
elucidado, aunque tiene un papel importante
en la coagulación de la sangre.
Su principal actividad ejerce como antioxidante. Sobre los efectos
provocados por su déficit todavía no existen resultados en humanos.
Pero sí sobre la hipervitaminosis E, y estos indican que no produce
efectos perniciosos serios. Por esta razón, también se
utiliza como aditivo alimentario (E-306, E-307, E-308 y E-309).
Por último, respecto a su toxicidad por sobredosis, la de tipo K1 puede
provocar algunos efectos leves como el rubor facial transitorio, u otro
más grave como la disnea, que puede provocar la muerte.
Por su parte, el exceso de vitamina K2 puede provocar kernicterus (un
tipo de parálisis cerebral en recién nacidos), problemas hemolíticos en
niños, ictericia, daño en las membranas de la mucosa y problemas
hepáticos.
Además, debido a sus características químicas (oxidante), la vitamina K
puede interferir con algunos antioxidantes.
Por eso es necesario no tomar estos suplementos a la ligera y, en caso
de observar alguna anomalía, consultarlo con los profesionales de su
centro de salud.