MENOPAUSIA Y OSTEOPOROSIS

 

 

 

 

DESCRIPCIÓN

Una de las mayores causas de osteoporosis (con fracturas y aplastamientos óseos) es la menopausia.

Hay dos tipos de osteoporosis con patogenia (mecanismos de producción) diferente.

·        Tipo I relacionada con la deficiencia de estrógenos. Ocurre entre los 50 y los 70 años de edad y puede llevar a fracturas y aplastamientos de la columna.

·        Tipo II Ocurre a partir de los 70 años de edad y se asocia a fracturas de cadera y columna.

 Columna con Osteoporosis          Columna Normal 

En el tipo II se encuentra baja en sangre la Vitamina D y disminuye la absorción de Calcio por los huesos, siendo este factor más importante que en el tipo I (déficit de estrógenos) . También aparece una leve disminución de hormona paratiroidea .

En los jóvenes la formación de hueso es mayor que la destrucción y el contenido de mineral aumenta. En el adulto ambos procesos se equilibran, y después de los 50 años la reabsorción es mayor que la formación por lo que la densidad ósea disminuye.

En las mujeres la pérdida de estrógenos, por la menopausia, se sigue de 10 años de aceleración de la destrucción ósea y de la densidad del hueso. Aunque el aumento de las fracturas no siempre se correlaciona bien con la disminución de la densidad ósea. La conexión de estos hechos es difícil. Varios factores influyen en la osteoporosis a esta edad, además del déficit de estrógenos: el fumar, la delgadez, la vida sedentaria, el bajo aporte de calcio y otros factores genéticos y constitucionales (la osteoporosis es menor en la raza negra).

Los estrógenos son el tratamiento más eficaz en la osteoporosis postmenopaúsica.

Su mecanismo de acción es desconocido y es más antireabsobente que osteoblástico, por ello es efectivo. Si el tratamiento es puesto a tiempo diminuyen los riesgos de fracturas.

La dosis eficaz es de 0,625 mg de conjugado estrogénico. Esta dosis es mayor que la efectiva en el tratamiento del Flush cutáneo (ponerse roja), pero es necesaria y efectiva, además de estar libre de efectos secundarios .

Entre los inconvenientes está el que después de 2 años se produce una hipertrofia de endometrio, sangrado vaginal y del 3 al 8 % de aumento de cáncer de endometrio.

Se puede compensar con pautas de medroxyprogesterona 2.5 a 10 mg al día, 10 días cada mes. Como esta pauta reintroduce las reglas, debe ser evaluado por la paciente.

A favor de tomar hormonas estrogénicas es el caso de una mujer :

·        delgada

·        sedentaria

·        fumadora

·        a la que se le extirpó el útero

En contra de dar hormonas es el caso de una mujer :

·        con obesidad

·        muy activa físicamente

·        con problemas de trombosis

·        antecedentes de cáncer de mama

El fumar o la toma de cimetidina (antiulceroso) anula el efecto beneficioso de los estrógenos.

También puede ser útil la toma de suplementos de calcio (1.000 mg / día si toma estrógenos; 1.500 mg / día si no los toma).

Como test de control se utiliza la densitometría ósea .

MENOPASIA Y EL INCREMENTO DE PESO

 

Menopausia e incremento de peso

 

 

Introducción...
¿Cual es la causa de este aume...
¿Que se puede hacer?...
¿Qué alimentación se recomiend...
¿Los tratamientos de reemplazo...


Introducción

Alrededor de los 40 años de edad, es frecuente que las mujeres noten que no solo aumentan de peso fácilmente sino que además cambia la forma de su cuerpo, modificándose la distribución de los depósitos de grasa , aumentando la circunferencia de la cintura y la cadera.

No está claro cuanta culpa le corresponde a la menopausia y cuanta al paso de los años, pero a partir de los 40 años para la mujer es cada vez más difícil mantener el peso usual o intentar bajar de peso.

¿Cual es la causa de este aumento de peso?

Una de las explicaciones es que al reducirse los niveles de estrógenos, el organismo intenta compensar aumentando la masa grasa, ya que las células grasas son también productoras de estrógenos. Este intento por mantener los niveles de estrógenos es beneficioso para reducir las consecuencias negativas de la menopausia, tales como la osteoporosis, alteraciones del sueño y otros signos que indican el final del ciclo reproductivo de la mujer. Por lo tanto este incremento del peso sería un respuesta de nuestro cuerpo para protegernos.

Existen otros factores que también juegan a favor de este aumento de peso; con el paso de los años se reduce la masa magra o muscular en relación a la masa grasa del cuerpo, ésto determina un menor gasto metabólico ya que las células grasas consumen menos calorías que las células musculares. Por lo tanto el gasto calórico diario será menor.

¿Que se puede hacer?

Es muy difícil evitar ésta ganancia fisiológica de peso. Si los kilos aumentados son pocos, no habrá ningún riesgo para la salud, el mayor problema será el estético.

Las dietas drásticas no tendrán buenos resultados, porque el cuerpo tenderá a recuperar los kilos perdidos.

Una de las mejores opciones es aumentar la actividad física, realizando caminatas u otras actividades aeróbicas. La actividad física en esta etapa tiene múltiples beneficios: aumento del gasto calórico, incremento de la masa muscular , mejor distribución de los depósitos grasos, y también contribuye a prevenir la osteoporosis.

¿Qué alimentación se recomienda?

No se deben realizar dietas con gran restricción en calorías ya que éstas generan una depleción del material óseo, y de la masa muscular., reduciendo aún más el gasto calórico del metabolismo

Una dieta saludable, variada, reducida en grasas y distribuida en cuatro comidas diarias y pequeñas porciones es lo recomendable.

Debido a que las necesidades calóricas están reducidas en la menopausia, el consumo calórico en la dieta deberá contener de 200 a 400 calorías menos. Por lo tanto es importante reducir las porciones e intentar comer solo cuando nuestro cuerpo nos lo pide.

¿Los tratamientos de reemplazo hormonal ayudan a prevenir el aumento de peso?

Los estudios sobre este tema no han llegado a una conclusión clara, se cree que el tratamiento de reemplazo hormonal no puede causar un aumento adicional de peso, pero tampoco podría prevenirlo.

OSTEOPOROSIS Y EL EJERCICIO

"El ejercicio de fuerza provoca una tensión en el músculo que previene la osteoporosis"

Eso hace que la mujer sea víctima propiciatoria de la osteoporosis, especialmente cuando empieza a padecer una disminución en los niveles de estrógenos y la menopausia entra en escena. El ejercicio es, en su opinión, un instrumento imprescindible para que la mujer pueda llegar a ese momento en las mejores condiciones de salud posibles.

"El ejercicio aeróbico no es suficiente para mantener la masa ósea. Hay que realizar una actividad que implique cierto estrés mecánico sobre el hueso", señala. La contracción de los músculos hace que los huesos reciban una fuerza que, si es proporcionada y continuada, equilibra los procesos de resorción y absorción del tejido óseo. Por ese motivo, el entrenamiento de fuerza, con cargas moderadas, es útil para prevenir la osteoporosis. Como en tantos casos, prevenir esta enfermedad es más fácil que tratarla, ya que cuando es una realidad no está plenamente demostrado que el ejercicio ayude a regenerar la masa ósea, "sino que ayuda a mantener la que queda". Además, en esta situación conviene tener mucho cuidado con las cargas para evitar que se produzcan facturas.

La frecuencia y duración de la actividad física son dos factores determinantes. Para que aparezca algún beneficio es imprescindible trabajar al menos tres veces a la semana. Además, según Margarita Pérez, es imprescindible que haya continuidad porque los efectos sobre la densidad mineral ósea pueden no llegar hasta los ocho o nueve meses de entrenamiento físico.

Pero el ejercicio no siempre es suficiente. En el momento en que la osteoporosis da la cara suele ser preciso emplear suplementos de estrógenos, lo que inhibe la resorción. Algunas medidas relacionadas con la nutrición también son complementarias al ejercicio. Por ejemplo, hay que valorar los casos en los que resulta preciso hacer una suplementación de calcio porque no se llega a la ingestión mínima de 750 a 1.500 miligramos al día.