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  ARTROSIS VERTEBRAL (Generalidades)

La artrosis vertebral se produce cuando el núcleo pulposo del disco intervertebral va perdiendo espesor, reduciendo al mismo tiempo el espacio intervertebral correspondiente, y limitando la movilidad articular. Según su localización, se distinguen tres tipos de artrosis:

Artrosis cervical: Suele darse en personas de más de 40-45 años, aunque debido a los hábitos cotidianos esta edad va reduciéndose paulatinamente. Origina en muchos casos dolores de cabeza, contracturas musculares en musculatura del cuello y trapecios, mareos y pérdida de la movilidad normal de las extremidades superiores. Radiológicamente se observan osteofitos (pequeños salientes óseos por deformación).

Artrosis dorsal: En este caso, prácticamente no produce dolor, salvo en casos de contracturas paravertebrales muy severas, a nivel de las escápulas (homóplatos o paletillas).

 

Artrosis lumbar: Es junto con la artrosis cervical, la más frecuente, produciendo dolor importante en la mayor parte de los casos, donde se producen importantes contracturas musculares en los glúteos, y  paravertebrales lumbares.

 

En todos los casos es conveniente la realización de ejercicio moderado, estiramientos de espalda suaves, calor local y aplicación de masajes periódicos para que las contracturas musculares no se cronifiquen. Hay que tener en cuenta que aunque radiológicamente exista artrosis, si muscularmente estamos bien, los dolores apenas aparecerán.

 

Es importante evitar el sobrepeso y realizar de forma cotidiana posturas anatómicas normales, no forzadas ni continuadas durante mucho tiempo.