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Estrategias de Prevención de Obesidad en el Siglo 21

Por:  Dra. Wanda Figueroa

Tel. (787) 759-6909

 

Comenzando el siglo 21 los cambios en los hábitos alimentarios es un gran reto para toda mujer trabajadora y empresarial que  come una o dos comida fuera de la casa diariamente.

 

¿Cuál es la importancia de una dieta para  la prevención de obesidad?

 

 La dieta no es simplemente restringir una serie de alimentos.  Es importante alimentarse saludablemente y nutritivamente.  Todos  los alimentos son parte de la dieta diaria.  No existe tal término como la dieta especial.  La mejor fórmula alimenticia es aquella que es nutritiva, saludable y baja en colesterol.  El éxito depende del conocimiento sobre la prevención de la obesidad. Mientras más información se obtiene a través de la radio, internet, televisión, medios impresos y revistas de salud, la  nutrición será  más exitosa.

 

¿Es saludable  la obesidad? ¿Cuál es la  localización de la grasa en el  cuerpo  más peligrosa?

 

La obesidad no es saludable ni durante la niñez ni en la adultez.           El sobrepeso en la niñez ha ido en aumento.  Si el niño(a) está físicamente activo se puede prevenir la obesidad al llegar a la adultez. La prevalencia de obesidad ha ido en aumento en los Estados Unidos.

 

El ganar unas libras en la vida adulta conlleva un aumento en riesgo para la salud tanto para los hombres como las mujeres.  Si la ganancia de peso es de 10 kg (22 libras) o más está asociado a riesgos de enfermedad.  El Dr. George A. Bray desarrolló un algoritmo donde indica que si se aumenta 10 kg luego de los 18 años, aumenta el riesgo de enfermedades.  La localización de la grasa es un factor importante.  Si la grasa se localiza en la región abdominal y visceral, aumenta el riesgo significativamente para enfermedades tales como enfermedad de las coronarias (arterias) del corazón, para derrame cerebral, diabetes mellitus y ciertos tipos de cánceres (endometrio, seno, colon).  Es especial, hay evidencia científica donde se demuestra que el aumento en exceso de grasa central (en  la barriga, área abdomino-pélvica) conlleva un riesgo de desarrollar diabetes mellitus.

 

¿Se puede mejorar la diabetes y la hipertensión arterial rebajando de peso?

 

            La contestación es la afirmativa(Sí). El Dr. GL Blackburn, ha presentado evidencia de que hay mejoría en la diabetes y en la hipertensión en pacientes tratados con dietas nutritivas bajas en la cantidad de calorías.

 

¿El reducir peso mejora el perfil de laboratorios?

 

Conozco de varios pacientes que han tenido el colesterol y los triglicéridos muy altos, como en el caso de Hilda Santos.  Ella comenzó a caminar en el parque Polideportivo 5 días a la semana.  Al mes se le realizaron las pruebas de laboratorios y el colesterol que estaba en 385 mg/dl, bajó a 156 mg/dl y los triglicéridos los tenía en 812 mg/dl y bajó a 133 mg/dl.  Además de hacer ejercicio tomaba un medicamento para bajar los triglicéridos.  El éxito fue notable al combinar el ejercicio con el tratamiento médico.

 

            Otros laboratorios que pueden mejorar al comenzar un programa de caminar diariamente, además del colesterol y los triglicéridos son: el ácido úrico y hay un aumento en el colesterol bueno HDL-Colesterol.  Además la reducción de peso disminuye la presión arterial sistólica.

 

Recomendaciones para desarrollar estrategias preventivas efectivas:

           

1.      1.      Hacer las tres comidas diarias pero comer la última comida antes de las 6:00 p.m.

2.      2.      Hacer ejercicios diariamente, en períodos de 10 minutos tres veces al día.

3.      3.      Pesarse   mensualmente y anotarlo.

4.      4.      Medirse la cintura cada tres meses y anotarlo.  En el hombre, la circunferencia mayor a 100 cm y la mujer 90 cm, conllevan riesgos a la salud.

5.      5.      Reducir el consumo de grasa menor a 30% el total de calorías diarias.

6.      6.      Llevar un registro del Indice de Masa Osea (BMI, por sus siglas en inglés), anotarlo cada seis meses.  A mayor BMI mayor es el riesgo de desarrollar enfermedades.

7.      7.      Modificar la conducta, o patrón de alimentación.

8.      8.      Consulte con un médico bariatra, y  con una  nutricionista.

 

Referencias:

 

  1. Blackburn Gl, Kanders BS (1994).  Obesity, Pathophysiology, Pscychology and Treatment.  Chapman and Hall, New York.
  2. GA.Bray, Baton Range, Lousiana, USA. Nutr. Metab. Car. Nutrition and Obesity: Prevention and Treatment

Corta La Grasa de tu Cocina

                                               Por: María R. Varela, MEd, LND

 

 

ä      ä      Prepara los alimentos asados, al sartén, al vapor, horneados o hervidos. No fría. Sírvelos sin salsas grasosas.

 

ä      ä      Cocina más pescado y aves. Consume la carne de res o cerdo magra no más de 3 a 4 veces en semana. Elimina el exceso de grasa y la piel antes de cocinar.

 

ä      ä      Cocina con pequeñas cantidades de aceites vegetales. Prefiere aceites desaturados. Usa cucharada o menos por plato.

 

ä      ä      Sazona los alimentos con hierbas, especias, frutas y vegetales. No cocines con grasa saturada (mantequilla, tocino, manteca, tocineta,  jamón, mayonesa y margarina hidrogenada)

 

ä      ä      Consuma productos lácteos bajos o sin grasa. Esto incluye la leche, queso, yogur y mantecado, entre otros.

 

ä      ä      Reduzca el consumo de los órganos internos del animal tales como el hígado, riñones, cuajo, mollejas, longaniza, morcillas, sesos y el corazón. Además, evita la práctica de usar frecuentemente en sus recetas los embutidos (salchichas, mortadella, salchichón, jamonilla ,salami, etc.)

 

¡Logra el éxito en tu trabajo con una buena nutrición!

Por: María Varela. M.Ed, LND

Email: opinion@saludnutricion.com

 

La vida del hombre está llena de grandes retos y quizás uno de los más importante en su vida es  buscar su propio sostén y el de su familia.  Por esta razón, es que todos los días el hombre se dispone a salir a laborar.

La manera como te alimentas se puede reflejar en tu desempeño en el trabajo. Por ejemplo, un almuerzo alto en alimentos grasosos puede hacerte sentir pesado  el resto de la tarde. Intenta llevar una dieta sana y sentirás la diferencia. Aquí encontrarás algunos consejos de cómo hacerlo.  

 

Lo primero por la mañana

 

Comienza con un buen desayuno, como se merece todo rey. Para realizar las faenas del día, debes por la mañana  “despertar”  tu cerebro nutriéndolo con hidratos de carbono, la fuente principal de energía que necesita el cuerpo. Los alimentos que más contienen este nutrimento energético y que son utilizados para el  desayuno son los siguientes:

R     R     Panes                         

R     R     Cereales                                   

R     R     Galletas                                             

R     R     Frutas o jugos                         

R     R     Productos lácteos                                 

 

Durante el resto del día completas tu alimentación ofreciéndole a tu cuerpo proteínas, vitaminas y minerales; necesarios para continuar realizando con eficiencia tus labores. Los obtienes consumiendo carnes blancas, granos y vegetales. Además, no olvides de seguir ofreciéndole la principal fuente de energía añadiendo más frutas y otros hidratos de carbonos como viandas, pastas o arroz para completar tus próximas comidas.

 

Establece un horario regular a la hora de comer, y así garantizarte que tu cuerpo siempre recibe la energía necesaria en su momento dado. De esta manera, puedes  continuar ejecutando las tareas que vayan surgiendo durante el día en el trabajo.