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LA TENSIÓN ARTERIAL 

 

 

La Hipertensión Arterial (HTA) es considerada en la actualidad como uno de los mayores problemas de Salud Pública, ya que afecta a uno de cada cuatro adultos mayores de 40 años en España. En América las cifras son similares. Sin embargo, sólo la mitad de los que la padecen lo saben, y sólo la mitad de los que lo conocen son tratados. 

Su trascendencia radica en que es identificada como uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, y contribuye con ello a la elevada mortalidad de estas afecciones.

La enfermedad cerebrovascular es la causa de alrededor del 30 por ciento de las muertes de varones por causa cardiovascular en España y el 35 por ciento en las mujeres. Presenta una elevada prevalencia entre la población. La prevalencia de la HTA en España, según los estudios epidemiológicos realizados en la población adulta en los años 80, y en los que el límite de tensión arterial normal estaba situado en cifras iguales o superiores a 160/95 mmHg, oscilaba entre el 20-30 por ciento de la población. Estas cifras ascienden hasta el 30-40 por ciento, o superiores, cuando se aplican los criterios actuales de normalidad tensional.

Su detección y control razonable es fácil. A pesar de ello, en un reciente estudio epidemiológico realizado en España, a gran escala, sólo el 44,5 por ciento de los hipertensos conocían que lo eran, el 72 por ciento de éstos estaban tratados con fármacos, y únicamente el 15,5 por ciento de los tratados estaban controlados óptimamente.

Presión arterial

La presión es la fuerza con que la sangre circula por el interior de las arterias de nuestro cuerpo. El corazón es el motor de la circulación sanguínea, con cada uno de sus latidos distribuye sangre a todos los puntos del cuerpo a través de los vasos sanguíneos: las arterias. Cuando el corazón se contrae (sístole) la sangre es impulsada al árbol arterial y en este momento la tensión es máxima o sistólica y cuando se relaja (diástole) la presión es mínima o diastólica. Por lo tanto la presión se expresa por dos valores:

·        Presión arterial máxima o sistólica.

·        Presión arterial mínima o diastólica.

La presión arterial no es siempre la misma. A lo largo del día se van produciendo aumentos y descensos normales dependiendo de la actividad que se realice o del estado afectivo en que nos encontremos.
El ejercicio, la comida, las preocupaciones, pueden producir un aumento temporal de presión arterial, mientras el sueño y el descanso producen un descenso de la misma.

 

CIRCUNSTANCIAS QUE AUMENTAN TRANSITORIAMENTE LA TENSIÓN

 

·        El esfuerzo físico.

·        Un cambio de tiempo, el frío.

·        El traslado a un lugar de clima diferente.

·        Emociones fuertes, el dolor, el miedo.

·        Tensiones psíquicas, conducción de automóviles, hablar en público, discusiones enérgicas, ruidos.

Además, la toma de la presión arterial hace que se produzca una reacción de alerta que tiende a elevarla, a medida que se repiten las tomas de presión arterial, esta tiende a bajar. Por eso no está de más que se tomen dos o tres veces las presiones y se considere la última o la media de todas como presión real.

 

En algunas personas, esa fuerza con que la sangre circula por el organismo (presión arterial) se encuentra aumentada de forma crónica, decimos entonces que existe hipertensión arterial.
La hipertensión es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y dejada a su evolución sin tratamiento puede ser que el primer síntoma que de ella se tenga sea una complicación severa como un infarto de miocardio o una hemorragia o trombosis cerebral, entre otras patologías cardiovasculares, trastornos que se pueden evitar si la tratamos y controlamos adecuadamente.
Los valores límites hoy aceptados como normales son 140 mm de Hg para la presión arterial sistólica y 90 mm de Hg para la diastólica, popularmente estas cifras de presión se conocen como 14 y 9.

El peligro de la hipertensión

El perjuicio que sobre nuestro organismo produce la hipertensión arterial ha sido desconocido durante mucho tiempo. Hasta los años sesenta no se demostró con claridad que mantener la presión elevada producía complicaciones severas para la salud (hemorragia cerebral, angina de pecho, infarto de miocardio e insuficiencia cardiaca congestiva) y que una reducción sostenida de las presiones arteriales aumenta de forma significativa los años de vida del paciente, puesto que disminuye los incidentes cardiovasculares característicos en estos pacientes.
La diferencia de supervivencia que hay entre un individuo con cifras normales de presión arterial y un hipertenso se debe a que en el hipertenso las arterias se endurecen a medida que van soportando la presión alta de forma continua, se hacen más gruesas y tortuosas, pudiendo verse dificultado al paso de sangre a su través. Esto se conoce con el nombre de arteriosclerosis y está acelerada en las personas hipertensas.
Por lo tanto, la gravedad de la hipertensión esencial reside en que constituye un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares y que no presenta síntomas.

 

CONSECUENCIAS DE LA HIPERTENSIÓN

 

 

Si no se controlan adecuadamente los índices de tensión arterial elevada, con el tiempo las consecuencias de este trastorno aparecerán y se afectarán los riñones, el corazón, los ojos, el cerebro y todo al sistema cardiovascular.
La presión elevada hace que aumente el trabajo del corazón, el cual incrementa de tamaño y puede llegar a fracasar, provocando lo que se conoce como insuficiencia cardíaca.

 

TENSIÓN INCONTROLADA

 

Las personas con presión arterial alta no controladas tienen:

 

  • Tres veces mas posibilidades de desarrollar enfermedades de las arterias coronarias.

 

  • Seis veces mas posibilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca congestiva.

 

  • Siete veces mas posibilidades de tener un derrame cerebral.

 

El primer riesgo de la hipertensión es el infarto de miocardio, un hipertenso no tratado tiene, como media, 10 veces más riesgo de morir de infarto que un individuo con tensión normal.
La continua presión dentro de las principales arterias del cerebro puede llegar a producir trombos o rupturas arteriales, pudiendo dar lugar a hemorragias, daño en las células nerviosas, pérdida de memoria, parálisis, etc.
El riñón también sufre las consecuencias de la hipertensión arterial y entre los pacientes hipertensos se produce insuficiencia renal con mas frecuencia que entre los pacientes con la tensión normal.
Los pequeños vasos del fondo del ojo también se ven amenazados por la hipertensión, su rotura produce hemorragia llegándose incluso a la pérdida de la visión.

 

DISMINUIR LA HIPERTENSIÓN

 

 

La hipertensión suele remitir cuando el afectado adopta medidas como la reducción o eliminación del consumo de sal, la disminución de grasas en la dieta, la práctica regular de ejercicio físico, la pérdida de exceso de peso y la supresión del tabaco.
Además, el paciente afectado no debe olvidarse de su tratamiento farmacológico, del nombre del medicamento, con qué frecuencia tomarlo, cuándo tomarlo, cuánto tiempo tomarlo, cómo guardarlo y si hay una hora especifica del día en que debe tomarse.

 

 

 

 

Control

Saber si está controlada la hipertensión es fácil. Basta con acudir a un centro sanitario o a una farmacia para medir la tensión arterial con un aparato llamado esfigmomanómetro .
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que 140/90 mm Hg es el límite superior de la normalidad para la presión arterial. Por lo tanto, si su médico mide una presión arterial de 12/7 (120/70), o de 13 y medio/8 (135/80)su tensión es normal. Más halla de ese límite, se inicia una zona fronteriza en la que se requiere una supervisión mas de cerca por parte de su médico.
Si usted tiene menos de 40 años y además de hipertenso es diabético las presiones deben estar por debajo de 130/85 mm Hg.
Si por el contrario, tiene más de 65 años, y dependiendo de las circunstancias de cada paciente, tal vez pueda tolerarse presiones ligeramente superiores a las referidas, pero nunca por encima de 160/95 mm de Hg.

 

 

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA HIPERTENSION

 

 

a) Edad y sexo: Las presiones arteriales son mayores en varones jóvenes que en mujeres, pero a partir de los 50 años, éstas tienden a presentar presiones arteriales superiores.

b) Raza: La elevación tensional es mayor en la raza negra que en la blanca. la hipertensión entre la población negra es más elevada.

c) Herencia: La prevalencia de hipertensión es superior entre los familiares de hipertensos.

d) Factores ambientales: El estrés es un factor importante de la hipertensión, también el tamaño de la familia, el hacinamiento, la ocupación, ambientes psicosociales adversos(emigración), cambios dietéticos, psicofísicos.
La prevalencia de hipertensos es mayor cuanto menor es el nivel económico y educativo.

e) Factores dietéticos: Señalan la relación que existe entre sobrepeso y presión arterial.

FACTORES CONTROLABLES:

·        Obesidad

·        Consumir demasiada sal

·        Alcohol

·        Falta de ejercicio

·        Estrés

FACTORES NO CONTROLABLES:

·        Raza

·        Herencia

·        Edad

 

Tratamiento

La hipertensión no puede curarse en la mayoría de los casos, pero puede controlarse. En general, el hipertenso debe llevar a cabo un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. Los fármacos son sólo parte del tratamiento de la hipertensión, aunque normalmente el médico recomienda a los pacientes hipertensos una dieta para perder peso y no abusar del consumo de sal, hacer ejercicio físico, como medidas primordiales de control.

Los cambios en los hábitos de vida pueden ser muy útiles para controlar la hipertensión, por lo que el paciente deberá hacerlos, además de seguir la medicación de forma regular. Pero en ningún caso, debe tratar de determinar por sí mismo cual es el régimen de vida y comida que puede llevar. Es conveniente que consulte con el médico y siga sus instrucciones.

Indicios

Algunas personas creen que su presión arterial ha subido cuando tienen dolor de cabeza o se sienten mareados o nerviosos y ese es el momento en el que se toman la medicación. Esto es un grave error, las medicinas deben tomarse de acuerdo a las instrucciones que le ha dado su médico. Recuerde que el hecho de que usted se encuentre bien no demuestra que su presión arterial sea normal.

 

LAS CIFRAS

 

·        Los últimos estudios demuestran que entre el 20 y el 25 por ciento de los españoles son hipertensos, pero sólo el 15 por ciento de los afectados tiene la cifra de tensión bien controlada.

·        Para 2030 una de cada cuatro personas en España será mayor de 65 años, por lo que la incidencia de esta enfermedad será más alta.
Una persona es mayor de 45 años, debe comprobar su tensión una vez cada dos años y, en el caso de que sea anormal, acudir al médico.

·        El 95 por ciento de los casos de hipertensión se desconoce su origen y en la mayoría de los casos diagnósticados su tratamiento es crónico.

·        Entre el 40 y el 50% de la población con HTA padece un deterioro clínico más o menos severo con afectación de órganos vitales como el cerebro, el corazón y los riñones.

·        El 25% de las muertes por accidente cerebrovascular son atribuibles a este trastorno.

·        Más del 30% de los pacientes analizados en unidades de hipertensión acababa sufriendo insuficiencia renal. La insuficiencia renal se manifiesta en diferentes grados de deterioro, los más graves de los cuales conducen al tratamiento mediante diálisis o al transplante renal.

·        Si desde hace tiempo se sabe que afecta a las grandes arterias, provocando la aparición de arteriosclerosis, también origina lesiones vasculares en las arterias pequeñas y las venas y los capilares.